Desde hace tiempo, el comercio informal es una manera de salir adelante, una forma de sobrevivir, que se ha ido extendiendo. Somos la sexta economía más informal del mundo, clara muestra de que este problema está alcanzando niveles preocupantes. La informalidad, como sinónimo de marginalidad urbana, es el resultado de un desarrollo capitalista desigual y dependiente. Se origina en problemas estructurales no resueltos y el mal funcionamiento de las instituciones, debido a la marginación y el centralismo.
Se considera que los integrantes del sector informal son: los trabajadores por cuenta propia y familiares no remunerados, los trabajadores de una microempresa que trabajan en una actividad comercial que se desarrolla en las calles, ya sea de forma cambiante o en un lugar fijo ocupado durante determinadas horas del día.
El economista José Jácome comentó que en la actualidad el comercio informal ha tomado auge, notándose cierta creatividad por parte de los comerciantes, quienes hasta se convierten en fabricantes de los productos que se expenden en las principales calles de la ciudad, a toda hora. Además nos supo manifestar que en el presente año, la informalidad adquirió más seguidores, en el área comercial antes que en la productiva y que la rentabilidad que obtienen estos comerciantes, en algunos casos, es inferior al 10%, toda vez que por sus limitados recursos sus inversiones son bajas. A esto se suma la creciente competencia y escasa demanda que los obligan a bajar los precios.
Sara Villa nos supo manifestar que la feria de El Salto (comercio informal) se había convertido en un centro de atracción donde se podía encontrar toda clase de alimentos y artículos. Pero por otro lado, “era totalmente insalubre y necesario reubicar a los comerciantes para realizar una limpieza total de las plazas y dar una nueva imagen de la ciudad de Latacunga. No obstante, la necesidad de trabajar es más grande y obliga a los vendedores a desobedecer las ordenanzas y de esta manera estar propensos a ser
sorprendidos por la autoridad municipal, donde muchas veces lo pierden todo”.
sorprendidos por la autoridad municipal, donde muchas veces lo pierden todo”.
Francisco Días, comerciante, dice estar resignado a perder la inversión de 30 dólares que hizo en los huevos de codorniz que, según comenta, le fueron arrebatados por policías cuando ofrecía su producto en una de las calles, el Municipio de Latacunga prohíbe el comercio informal en determinadas calles.
Sin embargo, “la Ley de Defensa del Comerciante Minorista, Trabajador Autónomo y Microempresario, que el Ejecutivo vetó, buscaba regular a un estimado de 2’600.000 personas en el Ecuador, que ejercen una actividad productiva informal, sin relación de dependencia. Se planteaba que los municipios incluyan en su presupuesto anual los recursos que deberán recibir para construir centros de comercialización y locales para ferias libres”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario