jueves, 9 de junio de 2011

EL CALDO DE 31, AL PURO ESTILO DE LOS ANTEPASADOS

Por Nancy Rosero

El caldo de 31 es considerado un plato típico de la Sierra Central del Ecuador, uno de los lugares donde se lo prepara es Salcedo, exactamente en una esquina junto al mercado cerrado. Ahí, Norma Cruz, propietaria del lugar de expendio “los caldos de Doña Normita”, cocina con cariño el delicioso plato también conocido como “caldo de manguera”.

Este plato muy tradicional ha ido de generación en generación, Doña Norma nos cuenta que el negocio antes le pertenecía a su madre, la cual durante 30 años sirvió el alimento a rostros distintos que llegan al lugar. Antes de fallecer, Irma Lezcano le pidió que por favor se hiciera cargo, como hija mayor de 3 hermanos.

Éste suculento platillo está hecho con menudencia de res, una porción de mote bien cocinado, picadillos de hierbitas, una rodaja de aguacate y, por último, se le pasa al cliente un recipiente aparte con limón al gusto. Hay clientes que prefieren el caldo con papas o tostado, y son complacidos sin problemas por la dueña del negocio.

PREPARACIÓN:
La tarde anterior, desde las 18:00, comienza la elaboración, con el lavado de la menudencia de res, dejando que se cocine toda la noche, mientras Doña Norma se levanta dos veces para comprobar que todo esté bien y no se queme o falte algo.

La venta comienza desde las 08:00, una olla grande de caldo ya preparado se coloca sobre una cocina industrial para mantener caliente el alimento, una olla mediana de mote bien cocinado y una olla de agua hirviendo para lavar las cucharas, y las 10:00 o máximo hasta el medio día la venta está terminada y se habrían alimentado alrededor de 200 personas.
Además del sabor inconfundible del caldo de 31, doña Norma sirve en una cazuela de barro de distintos colores, “hay quienes me han dicho que el plato de barro es el alma del caldo y que además recuerdan tiempos de antaño, cuando niños sus padres también les alimentaban en ese tipo de utensilio”, dice Cruz.

Servirse un caldo de 31 resulta barato, pues el precio del caldo es de tan solo 0,75 centavos, “no podemos exagerar, por lo que el precio lo ponemos nosotros de acuerdo a las cosas que nos venden, módicamente, para no ahuyentar a los clientes”.

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